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Foto: Murobushi Archive

escritos

de Kō Murobushi

 
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Kō Murobushi, bailarín y coreógrafo japonés, fue uno de los artistas más importantes del siglo XX y uno de los principales herederos del butoh de Tatsumi Hijikata, con quien estudió a partir de 1969. Aquí presentamos algunas de sus valiosas reflexiones, en la primera versión que se hace de ellas al español.

Textos provenientes de Ko Murobushi, Escritos, prólogo y traducción del inglés de Jonathan Caudillo, epílogo de Basile Doganis. Este libro será publicado en México próximamente por E1 Ediciones en la serie Filtraciones, dirigida por Iván García.

 

Kō Murobushi

 

 

Traducción de Jonathan Caudillo

Efímero

 

En un encuentro con lo inescrutable, lo desconocido, la experiencia de una pérdida de palabras, pérdida de sí mismo.

La danza es la forma sensual en este momento transitorio.

Todas las formas se rompen. Expuestas en su colapso.

Además, nuestra danza es un arriesgado proceso de desaparición y aparición en un instante, es un arrojo del cuerpo.

Una fracción efímera, danzar es desbordar nuestros cuerpos con una “pérdida de palabras”.

Es ser una pérdida, frente al exceso de sentido, no es el rostro de nosotros mismos en ese momento.

Devenimos extraños para nosotros mismos, vagamos sin retorno a lo conocido, errantes hacia la memoria de lo desconocido y lo incognoscible.

La danza es el absoluto flujo, dentro de la inquietud en la “grieta”, donde devienen formas, temblores y flujos.

En el pasaje del brillante meteorito yace el resplandor crepuscular de un hou[1]

Efímero

Danzar es temblar y saltar extáticamente.

Nuestro siglo… es el siglo en el que a la danza se le privó de su propio origen.

Hemos olvidado el origen y estamos ante un nuevo comienzo

En el lugar que es “ninguna-parte”;

En el tiempo que nunca existió;

La eterna repetición;

El eterno comienzo de este momento.

Nosotros reconocemos nuestra danza fuera de la danza, donde el mundo del afuera es arrastrado al adentro.

Es crear un trastabilleo en el adentro.

Como Nietzsche,

Como Nijinsky,

Ya sean japoneses, indios, mexicanos,

Animales, rosas, flores de cerezo,

El sin-sentido en una piedra,

Todas estas cosas,

Y todo de nada, esto es un accidente llamado vida.

1988

 

 

El devenir y lo momentáneo

 

En el proceso de una obra, una gran cantidad de inmadurez salvaje es eliminada; y la cruel explosividad de esta singularidad, la energía del devenir de las fuerzas y el estremecimiento directo de estas fuerzas conectadas con su espontaneidad, son sublimados en un entrenamiento técnico. Por lo tanto, debo pensar una manera de danzar en donde estas fuerzas no se pierdan. ¿Cómo podría crear el lugar de reunión real para nosotros, si quitamos el devenir, la emoción, el estremecimiento y el dolor que viene de la danza?

 

No se trata de hacer familiar la obra ante nuestros ojos, excluyendo el elemento de contingencia de la obra, en donde gracias a ella (¿a la danza?) regresamos a la relación con una fuerza continuamente controlada. Por el contrario, se trata de utilizar algo en mi cuerpo danzante que está familiarizado con las fuerzas que generan obras desconocidas. Es esconder una roca inesperada que te coloca en una situación abrumadora, en la que requieres de la ayuda de las fuerzas durmientes, aquellas que están directamente acumuladas en mi cuerpo tras la pérdida de mis pensamientos. Es decir, demandar la crisis.

Entonces, y ahí, desde este cuerpo confundido, evoco las múltiples fuerzas desconocidas.

 

Los poderes del devenir y del instante: es seguir la fuerza afirmativa que se toca en el borde.

- preparar sólo el marco mínimo de referencia.

- introducir relaciones externas y ser momentáneamente consciente de los flujos (de la danza).

- dejarlo inacabado.

 

1985

 

 

 

Sebi

2.

Para menguar. Debo acorralarme a mí mismo hacia el límite de la “pobreza”.

He bailado con los trazos de las líneas que vienen del afuera, hasta el límite de la “línea” del viaje, errante y exiliado.

   He copulado con un respiro, con mi otra respiración, se dibuja la respiración múltiple violentamente.

    Sofocado. Me ahogo a mí mismo y soy un blanco silencio sin la danza.

   En mi respiración hay siempre otra respiración. En mi pensamiento, siempre hay otro pensamiento, y en mi posesión, siempre hay otra posesión.

Qué importante es: todo es múltiple; yo soy otros; alguien está pensando dentro de nosotros con el ataque del pensamiento, multiplicidad del cuerpo, violencia del lenguaje. Son alegres noticias.

   La voz nocturna del “afuera de la noche”. Expone la desnudez de la voz y la respiración del ser desnudo.

¿Qué hay en la revelación del cuerpo desnudo? Ahí hay enfermedad y degradación de la muerte y el amor.

    Crujir y frotar entre los huesos y el músculo dañados.

¿Qué es vivir en la superficie de la piel? Pluralidad, multiplicidad de la sangre y el océano, ahí donde irrumpió la memoria.

Forma indeterminada del fluir del mercurio, eso que se devela y oculta y deviene oculto al develarse.

    La forma del anónimo, a quien le han robado el nombre.

¿Cuándo saltarás? ¿Cuándo correrás? ¿Cuándo vendrá la fractura como un choque eléctrico, como una caricia en el abismo?

    Para señalar a las fuerzas del afuera y forzarlas a ser vistas, debo soportar con mi pensamiento injurioso.

Debo esperar pacientemente hasta que alguien venga en silencio y toque, vaya alargando, y exponga mi límite.

    ¿Quién me condujo (o no fui yo mismo) a llorar como ave y animal?

    ¿Y por qué los observadores son necesarios?

   Confusión y soledad, dividido y desconocido poder dentro de mí, aguantado y embarazoso, entonces pierdo el control, aterrado, me pongo nervioso, acalambrado, y entonces ellos arrebatan y toman del lugar accidental donde el poder de defender y atacar están peleando.

  Los observadores también están llegando. Siento que ellos respiran en mi espalda, copulan con mi mirada cerrada, yo copulo con mi respiración y con mis otros. También soy un observador.

   Eso es todo “llegar” a cada lugar o sin lugar, asimétrico e impersonal lugar. Si dejamos eso, todo será estropeado.

Pero me iré.

    Me iré continuamente.

    Me tengo que ir.

 

1995

 

 

 

Cita para un taller de ImPuls Tanz

 

La danza es presente, siempre.

    Todo experimento comienza con una reunión, siempre.

   Hola, bailarines, ustedes ya destruyeron sus cuerpos y sus pensamientos. Vamos a reunirnos en el límite, en los bordes. Comencemos con nuestras abandonadas sensaciones. Nuestro objetivo es lo “salvaje y elegante”.

   Por favor, traigan su sensibilidad animal y su fuego.

 

1999

 

 

 

Dead 1

Ko & Edge Co.

 

Fue Nietzsche quien dijo: “danzar mientras estamos parados de cabeza”.

   Un día Méguro,[2] parado sobre sus hombros, ondeó sus piernas atrás y adelante. Yo dije: “los cadáveres están bailando”.

   Si eso es verdad no hay nada que no sea danza, eso que debería ser danza no es danza. Hay una danza que vive entre lo que es y lo que no es danza, pero no es danza.

    Lo que existe es movimiento que, a pesar de todo, es encontrado.

    Es un milagro de movimiento, frágil y fugaz como un sueño…

 

 

De una entrevista con Jonathan Caudillo

 

Para mí es muy importante detener la expresión, ¿qué es expresar? Esa pregunta es importante. Si tú crees en tu lengua materna, debes perder tu lengua materna, que, en este caso, es tu cuerpo en la expresión, la educación está condicionada por el lenguaje y lo que hay que hacer es rechazar tu educación, tu lengua materna, o tu cultura materna, tu propia tradición. Arribar a la orfandad. La primera consecuencia es que se le debe decir adiós a la familia, hay que salir del país.

2013

 

 

[1] Onomatopeya de una exhalación de fatiga. [N. del T.]

[2] Bailarín de Ko and Edge, compañía de Ko. [N. del T.]

 

Kō Murobushi (1947-2015), bailarín y coreógrafo japonés, fue uno de los artistas más importantes del siglo XX y uno de los principales herederos del butoh de Tatsumi Hijikata, con quien estudió a partir de 1969. Junto con Akaji Maro y otros, fundó la compañía Dairakudakan. En 1974 se desempeñó como editor de Butoh Hageshii Kisetsu y productor de la compañía de mujeres Butoh Ariadone-no-Kai. Su última coreografía fue Enthusiastic Dance on the Grave. Murió el 18 de junio de 2015 mientras se encontraba en la Ciudad de México. Esta es la primera vez que se recogen en español sus valiosas reflexiones. Se incluyen además algunas entrevistas que sostuvo con su traductor y alumno, el investigador mexicano Jonathan Caudillo.

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