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cinco
poemas de bárbara belloc

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Hay algo verdaderamente extraño en el

hecho de ver un piano incendiándose.

De algún modo, involucra

todas tus ideas acerca de la música.

GEORGE STAEMPFLI

 

 

 

MANIFIESTO

 

Caminos, caminos y caminos. De polvo, polvo rojo, ceniciento, polvo de estrellas; de grava; de pedruscos; de tierra negra. Senderos trazados en pasto palla, en las selvas y en los bosques. Caminos descubiertos por andar sin rumbo. Contratorrentes. Rutas resquebrajadas y puentes levadizos. Puentes de soga asomados sobre abismos. Túneles. Cavernas abiertas en sendas caras del cerro. Lechos de ríos corrientes y secos. Sorteando saltos y cascadas. A cielo llano, rival y espejo. Perseguida por la tormenta. Por el cañón nocturno. Pisando suelo antediluviano. Entre maizales y plantaciones de bananos. En los cañaverales, a machetazos. Siguiendo a los alces. En hielo resbaladizo. Sobre hojas crujientes de oro. El sotobosque murmurante. Cuesta arriba. Rondando basurales y desarmaderos de autos. Piedra por piedra, de un lado al otro del lago. De la cabaña a la huerta. De casa a tu casa, ida y vuelta. A otras casas. Calles sabidas de memoria. Hasta el límite. Por la ruta del café, del pan. Por la línea de la costa. La pasarela sobre el estero. En el monte cerrado de espinos. La jungla pintada con magnolias para alegría de los monos. Sobre las nubes. En los picos, en círculos. A los pies de las lianas endiosadas. Entre raíces. Detrás de la manada de lobos. Debajo de los salmones que saltan. A tientas, por médanos revueltos. En playas de arena blanca, tibia, talco; arena bronceada mezclada con conchillas, parvas de caracoles. En playas de arena negra. Terrazas de piedra pómez. En la espiral del tiempo. En ruinas. Entre la multitud. En protesta y en reclamo. En gruesos macizos. Campos de sal. Sola y acompañada por amigos, por extraños. Sobre lenguas heladas de lava. Troncos vencidos por el huracán. La mata verde fragante. Pueblos fantasmas para siempre. Por donde anidan las águilas. Por los pirizales y las sabanas geométricas. Arcillosos. De cornisa. Tupidos de bromelias. Contra el remolino que borra. En la bahía desnuda. Al sol que abrasa y la brisa, aire de la luna, leche de la luna.

*

 

¿Qué amanecer?

¿Qué caballos en qué mar?

Hoy los ví y eran legión

Caballos heridos lavándose las patas

A la sombra de las olas

Desplegando las alas

Las ondas arcoiris

De la sangre

Del pelaje

De la playa

*

 

El que hace por última vez, ese, que no muera.

El que se afeita con navaja traicionera que no muera.

El que besa con amor ambiguo, que no muera.

El que se desangra, que no muera.

El que cuida al débil, que no muera.

El que vela al héroe, que no muera.

 

 

*

 

Carnero

Carnero a la vera del río fuerte

Como cien hombres

Carnero

Sobre la gran roca verde

El líquen, las algas enroscadas

Como anguilas

Carnero

Verde

 

Carnero rojo

 

Carnero verde

 

Carnero verde baja la cabeza

Sus ojos de costado miran el reflejo

Las mariposas, rondas de mariposas miran

En direcciones opuestas miran

Como lanza contra lanza miran

Mientras bebe del río

Pico de pájaro

Carnero bebe agua del río verde

 

Carnero rojo

 

Cuando hay hambre, carnero rojo

Si hay huérfanos, carnero rojo

Sobre el ara roja carnero salta

Carnero rojo

Carnero rojo canta

La última canción

 

Carnero Verde

*

 

POEMA 194

 

El animal del cielo

El animal del mar

El animal que todos

Llevamos dentro

Tortuga

Anchoa

Huracán

La cola que guarda y descarga

El veneno

El que come

Hay que comer

Lo que come

Traicionar

Pastoreo

Rescoldo

Que huele a fuego

Y el ojo celeste

Del hielo

Y el negro del hueco

Que todos llevamos

Dentro

La mosca en la carne

La carne en la bolsa

Y en la bolsa el mensaje

Evangelista

Fatalista

¿Cuándo habrá paz?

Pez guía

Amenaza

Desvía

Abraza las aguas

Como una madre

Finalista

Del animal

La línea de puntos

Que une los huecos

Por donde escapa el sonido

Todo el sonido

El sentimiento

Y el silencio

Porque a todo le gana

El silencio

Que llevamos dentro

En el corazón

En la selva

Aquella lluvia

Imprevista

Nunca antes vida

Licuarse el cielo

Metal caliente

Sobre las hojas

El trueno entre

Mojarse

Las manos

Las manos son parte

El animal del cielo

Escarmiento

El animal del mar

Vamos

No hay árbol que sea

Ni muerte que sea

Perenne

Vendaval

Gaviota

La sociedad de las gaviotas

Su utilidad

La utilidad

De la sociedad

Que llevamos dentro

El camino de una vida

Del blanco al negro

No hay blanco

Hay negro

La nieve lo es

Dulce y suave

Es la noche

De habitar

Manos cansadas

De trabajar

Poemas incluidos en el libro inédito El sonido.

Bárbara Belloc (Argentina, 1968). Ha publicado Canódromo (2015), Andinista (2009) e Ira (1999). Su poesía ha sido traducida y publicada en antologías de Brasil, Alemania, Estados Unidos, Canadá, Eslovenia y China. Codirige, con Teresa Arijón, la colección de ensayo y pensamiento latinoamericano Nomadismos, que reúne escritos de artistas argentinos, brasileños y mexicanos, y se publica en Argentina, Brasil y Ecuador. Con T.A. y Manuel Hermelo es coeditora del proyecto editorial pato-en-la-cara. Entre otros, tradujo del portugués a Clarice Lispector, Alberto Caeiro (Fernando Pessoa), Ana Cristina Cesar, Hilda Hilst, Waly Salomão, Cesário Verde y Mário Faustino, publicados en forma de libro por la editorial El Cuenco de Plata (Buenos Aires) y Amargord (Madrid). Del griego clásico tradujo el corpus sáfico (publicado como Poema y fragmentos completos, 2006), fragmentos de los líricos Alceo, Moero, Erina y Praxila (publicados en revistas), la tragedia de Esquilo Ikétides y la comedia Lisístrata, de Aristófanes. Obtuvo premios y becas del Fondo Nacional de las Artes de Argentina, Banff Center for the Arts de Canadá, Sitka Center for Art and Ecology de Estados Unidos, Fundación Valparaíso de España y Fundación Biblioteca Nacional de Brasil.

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